Día 6: 30/07/09 - De Colomina a Espot

Aunque ya es el último día de travesía, todavía nos quedan muchos kilómetros por delante, así que algo antes de las ocho, estamos saliendo del refugio. Como ya viene siendo costumbre, le pregunto a la guarda del refugio que tal es el camino, y me aconseja que evite el Pas de l'Os para ahorrarme algún posible disgusto por vértigo. Así que nos recomienda bordear los lagos de Colomina y Mar por su derecha, en lugar de seguir el camino marcado en el mapa, y juntarnos de nuevo a la senda de Carros a la altura del estany de Saburó.

Así que al salir del refugio, vamos hacia la derecha y caminamos por una zona entre los lagos de Colomina, Frescau, etc... Nos despistamos con unos hitos que deben marcar la ascensión al Pic de Mainera y empezamos a subir entre bloques de piedra. Por suerte, enseguida nos damos cuenta del error y bajamos monte a través hacia el estany de Mar, donde vemos un pequeño camino que sube muy cómodamente y llegamos a lo alto del Pas de l'Os. Me asomo para ver lo que nos hemos ahorrado y veo que efectivamente la pendiente es muy pronunciada, aunque tiene unos escalones y dos paredes que lo protegen.

Continuamos hacia el estany de Saburó. Hay que tener cuidado, porque el camino se bifurca: hacia la izquierda por el Coll de Peguera, se baja directamente a Mallafrè y hacia la derecha por el Coll de Saburó se va hacia Blanc, que es por donde tenemos que pasar para sellar. Son casi las diez de la mañana cuando alcanzamos el estany de Saburó. La vista de este inmenso cráter (está muy vacío...) me desmoraliza. Además no veo claro cuál es el cuello que tenemos que cruzar. Empezamos a bajar hacia el lago y bloques enormes de piedras aparecen por todas partes. Sacamos el mapa para ver que efectivamente debemos seguir por ahí; miro el coll de Peguera, que a simple vista parece asequible. Miro el coll de Saburó, y a simple vista no me parece asequible, y menos con el lago vacío abajo...

Se me hace un nudo en la garganta, definitivamente no puedo más, esto no lo esperaba, y encontrarme con otra tartera que subir, por una ladera tan pronunciada, no me ayuda mucho a animarme. Dani me deja su mochila y se acerca al pie del collado. Vuelve intentado convencerme de que no es tan duro como parece y que hay una senda marcada entre las rocas. Pero, a esta alturas de la partida, el vértigo ya ha ganado la partida. Dani, me ve la cara y me dice que para sufrir no nos hemos venido de vacaciones, así que por el nos podemos dar media vuelta. Yo quiero seguir y terminar la travesía, pero mi cuerpo está totalmente paralizado por el miedo.

Así que nos volvemos, de nuevo evitando el Pas de l'Os. Nos encontramos de vuelta con Ana y su marido, y nos despedimos de ellos. Hacia las once, llegamos a la Colomina de nuevo, y los guardas salen preocupados, creyendo que ha pasado algo. Les explicamos, que me he quedado paralizada por el vértigo y que no me he atrevido a seguir. Me ofrecen una tila y a Dani un millón de posibilidades para ir a recoger el coche que está en Espot. Pero en general todas suponen que Dani se haga la ruta muy rápido, sin perderse y casi sin pararse. Un matrimonio que toma el sol fuera del refugio, escucha la conversación y se ofrecen a acercarnos a algún pueblo desde el que podamos coger un autobus.

Después de relajarnos, decidimos que bajamos al embalse de Sallente, porque es la opción más sensata. Así que agradecemos a los guardas su ayuda, que la verdad han sido encantadores con nosotros en todo momento (y comprensivos con la gente que sufre de vértigo!!!), y bajamos con el matrimonio hasta el embalse donde tienen el coche.

Me gustaría contaros que cruzamos el Coll de Saburó y que bajamos entre lagos al ídilico refugio de Josep Maria Blanc, que cogimos fuerzas y que por el Coll de Monestero bajamos de vuelta a Mallafrè, completando la travesía; pero, me lo estaría inventando. Así que como contaros la odisea de coche, autobus y taxi para llegar al aparcamiento del parque en Espot, no es muy interesante, esto se acaba aquí.

Aún así, el homenaje previsto nos lo dimos, que los cinco días que hemos andado por aquí han merecido la pena. Así que os dejo nuestras caras de felicidad, después de bajar a "tierra firme", a punto de disfrutar de una buena cena en la Vall de Boi, al pie de los montes que nos han acogido durante estos días.

Día 5: 29/07/09 - De Estany Llong a Colomina

En principio la etapa de hoy, es la distancia más larga entre refugios, pero según nos ha contado el guarda, no tiene ninguna complicación. Le he contado mi experiencia en el Contraix, y me asegura que no tengo nada de que preocuparme, salvo algun pequeño balcón al inicio de la etapa.

Así que salimos pasadas las ocho de la mañana del refugio, con muchas ganas y yo personalmente, bastante tranquila, para aforntar la etapa de hoy. Enseguida empieza el camino a ascender y no podemos evitar mirar para atrás y observar la panorámica de la etapa del día anterior. Frente a nosotros está la bajada completa del Contraix. Le echamos una foto de despedida.


El camino bordea la Agujas de Dellui y ahí es donde nos encontramos las pequeñas terrazas que nos ha dicho el guarda. Pero el camino es bastante ancho, así que me pego a la pared y no encuentro mayor problema. Así, el camino gira hacia la izquierda y se aparece ante nosotros el Coll de Dellui. Enseguida pasamos por el borde del Estany de Dellui y aprovechamos para descansar un rato, comer algo y hacer alguna foto. Dani, con el sueño de la mañana se ha dejado la comida en el refugio, pero como el día anterior a mí me ha sobrado todo, tenemos comida suficiente para los dos.

La subida hasta el collado es bastante comoda, en pendiente continua pero no demasiado fuerte y la mayor parte por una senda muy marcada. El último trozo se empina un poco más y aparece alguna roca, pero alcanzamos el collado facilmente. Además, es bastante ancho, nos encontramos a varias personas descansando y vemos a los cuatro catalanes (Anna, Marc, Elena y Josep) que han dejado las mochilas y están subiendo al Pic de Dellui.



Las vistas desde arriba son espectaculares, además el cielo está completamente despejado. Hacia la Colomina, nos espera un camino entre varios lagos: el estany de Eixerola y Cubieso (que están unidos), y al fondo, Mariolo y Tort.


La bajada es bastante pronunciada al principio y con algo de piedra suelta, pero el camino zigzaguea un poco, así que se baja facilmente. Al llegar al pie del primero de los lagos, el camino continua muy marcado, prácticamente en llano. Los lagos, que están todos represados se cruzan o por el dique o por la parte de abajo.

Como vamos bien de tiempo, decidimos seguir hasta el refugio y comer allí tranquilamente. Poco antes de llegar nos encontramos las vías que se utilizaron para la construcción de las presas. Las seguimos un rato y después al camino se desvía de ellas; encontramos marcas del GR y letreros que indican la proximidad del refugio.

Apenas son las 2 de la tarde cuando vemos el refugio de la Colomina, en lo alto de un mirador sobre la Vall Fosca.

En el refugio nos espera una sorpresa agradable, y es que al contrario de lo que indica nuestra guía, las duchas tienen agua caliente. Así que como hemos llegado pronto, nos tomamos una cerveza fresquita al sol, una duchita y comemos. Por la tarde, Dani se anima a subir al pico que está frente al refugio, mientras que yo me quedo echando una siesta, aunque unos franceses que andan pululando por el refugio, no comprenden que es la hora de la siesta y se dedican a dar voces por las habitaciones. Salgo fuera al sol, y me encuentro con Dani que baja. Llegan también los catalanes que se han quedado descansando en los lagos y el resto de gente que hemos ido conociendo estos días.

Después, una buena cena con vino, porque ya estamos casi todos en vísperas de terminar la Carros, así que lo celebramos por adelantado... y luego esperamos a que caiga la noche fuera del refugio, haciendo recuento de la travesía junto con los catalanes.

Y como siempre el plano y perfil de la etapa:



Día 4: 28/07/09 - De Ventosa a Estany Llong

Bienvenidos a la etapa reina. Hoy nos toca subir el Contraix, que me trae de cabeza desde que empecé a planear la travesía. Toda la noche ha estado soplando el viento con bastante fuerza, tanta que incluso parecía por momentos que eran truenos, pero por suerte no ha caido ni gota. Salimos hacia las ocho del refugio; yo casi no he podido ni desayunar...


Nos vamos adentrando en la Vall de Colieto y bordeamos un pequeño lago, entre bloques de granito. Parece que están puestos a modo de entrenamiento para lo que nos espera. Pasado el lago, el valle se ensancha un poco y ya se empieza a ver el Coll de Contraix, así que nos dirigimos hacia allí.

El Coll de Contraix es el cuello que se ve justo en medio de la foto. A la derecha, Punta Alta.

Hay que andar con ojo, porque hay varios caminos y equivocarse es bastante fácil. De hecho, en un momento dado, empezamos a ascender hacia nuestra izquierda, pero por suerte, un grupo que pasa por ahí nos indica que no vamos bien. Hay que seguir por el centro del valle, de cara al Contraix. Así que bajamos, retomamos el camino y enseguida nos encontramos con la primera subida, entre grandes bloques, que es necesario trepar en algunos puntos.


Son varios tramos así, con alguna subida entre rocas y después alguna explanada, y vuelta a empezar. Entre mi poca habilidad sobre las rocas, la propia dificultad de la subida y mis piernas, que parece que no quieren cruzar el Contraix, avanzamos bastante despacio. Hacemos varias paradas, para beber algo de agua y coger fuerzas, porque la vista de la subida es un poquillo desmoralizante.


Finalmente alcanzamos el pie del collado, estamos inmersos en un canchal enorme, ya no se ve hierba por ningún lado. Paco nos avisó que hay tres vías marcadas por hitos y que la que debemos seguir es la de la derecha, siempre tendiendo a los neveros que se ven en la ladera. Pero no es fácil seguir los hitos entre tantos bloques de granito (son muy grandes!!) y muchas veces nos encontramos haciendo zig-zag, pasando de una vía a otra.


Cruzamos un nevero y ya estamos en el tramo donde empieza la verdadera subida. Se empieza a empinar un poco y los bloques ya no son tan grandes. El Contraix cara a cara. Pasamos por el borde del nevero, que nos ha servido de guía para centrarnos en la vía. En este punto se me ocurre preguntarle a Dani si darnos media vuelta es una posibilidad. "Ni de coña!! Yo por ahí no bajo!!" Ok, borro la idea de la cabeza. Uno de los lemas de estos días, es el clásico "from lost to the river", así que me lo repito y empiezo a subir.

La verdad es que en este tramo el camino zigzaguea un poco y hay una senda entre las piedras, así que sube bastante bien y se gana altura rápidamente. Dani va por delante y me va contando lo que hay, porque yo llevo la gorra bien enfundada para no ver mucho más allá de mis siguiente pasos. Dani me llama con el tonillo ese, que sabes que te van a dar una mala noticia... "Nuria, esto se empina bastante, pero ya no hay piedras, es todo camino". Una noticia mala y una buena. Me giro para ver lo que hemos subido, y me asusta un poquillo la visión de la enorme pedrera que ya queda a nuestros pies.

Ya queda menos, y enseguida alcanzo el último tramo. Efectivamente, la pendiente es ya muy pronunciada y no hay piedras; pero hay tierra suelta, gravilla, que te hace resbalar. Mis botas están bastante viejas y las pobres ya no agarran mucho. Llegamos al espolón que divide el collado y Dani me avisa que es mejor subir pegados a él, que hay mejor camino por ese lado. En este último tramo, es necesario agarrarse a alguna roca de vez en cuando (bueno, yo necesito agarrarme en casi todos los pasos). Mano izquierda roca, mano derecha bastón. Ya está casi hecho.

Me paro a descansar y se me ocurre de nuevo, mirar para atrás. Nudo en la garganta, me quedo pálida y por un momento no me puedo mover. Esto del vértigo, no es aconsejable. Le aviso a Dani y me dice "estás a tres minutos del txuletón de buey aranés" (es el homenaje que nos pensamos dar al terminar la travesía). Esto sí que da ánimos!! Una pareja espera a que termine de subir los últimos metros, porque el camino es muy estrecho y no está la cosa para ir todos a la vez. Les digo que están locos si quieren bajar por ahí, que es mejor hacerlo al revés. Y me dicen que tal vez, pero que la bajada que me espera también tiene bastante pendiente. Ya me han matado!! Bueno, ya estoy arriba; Dani hace fotos, tres franceses se comen un bocata y yo me quedo tirada contra una roca, en el único sitio libre que queda (ya no entra más gente ahí arriba). Son las 12:30 y estamos a 2.754 metros (nos ha llevado cuatro horas y media subir, y la guía marca dos y media, para que os hagáis una idea de la lentitud que llevamos).


Estany de Contraix

Las vistas son espectaculares, aunque yo casi que no miro demasiado y me conformo con ver las fotos que Dani hace. En dos minutos empezamos a bajar, que yo no estoy como para estar mucho rato ahí arriba.

La bajada, también tiene bastante pendiente y se ve el lago de Contraix abajo. Al igual que en la subida, los primeros metros son camino de piedra suelta, que resbala bastante. Vamos bajando como podemos y pensamos en parar una vez bordeemos el lago, y comer. Llegamos a un nevero y aquí nos alcanzan los tres franceses del collado. Empezamos a bordearlo entre los bloques de granito, cuando oimos a cuatro que bajan y nos gritan que el nevero hay que cruzarlo con decisión. Se mete uno de ellos, y en el primer paso, resbalón y para abajo. Ala, como ya se ha caido el primero, podemos entrar todos. Por lo menos, la tontería me sirve para reirme un rato y así relajar la tensión.

Pasado el nevero, volvemos a encontrarnos en medio de una pedrera, así que para cuando llegamos al final del lago, son casi las dos de la tarde. Más o menos vamos a la par que los tres franceses, así que seguimos sus pasos y empezamos a descender hacia la Vall de Contraix. Pero, hay algo que no nos convence en esa bajada, así que saco la guía y el mapa y comprobamos que nos hemos equivocado. Les avisamos y volvemos a subir (ya llevamos unos 10-15 minutos bajando). Volvemos al lago y allí, cruzamos el desagüe y tomamos el camino a su izquierda. La bajada tiene también una fuerte pendiente, pero el camino es bueno, así que se baja sin problemas. Esta zona es conocida como "Les raspes del Contraix". Según bajamos el panomama nos sube la moral: se ve mucha vegetación. Y es que casi se nos había olvidado cómo era el color verde.


Una vez abajo paramos a comer algo. Saco la guía y leo, que nos queda bajar los barrancos del Contraix. Ya está, me pongo en tensión de nuevo y ya son las cuatro de la tarde. Así que le pongo a Dani en marcha, el pobre con el último trozo del bocata en la boca. Primero llaneamos un buen rato por el valle, al lado de un pequeño riachuelo, y enseguida empezamos a bajar. La zona es preciosa y merece unas cuantas fotos. Nos metemos en un pequeño bosquecillo, y de nuevo otra fuerte bajada, pero por una ladera de hierba y un camino muy marcado. Se nota que hemos perdido mucha altura.


Y enseguida llegamos al fondo del valle, nos encontramos con varias personas, cruzamos un puentecito de madera; en fin, que se nota que estamos de nuevo en otra zona muy turística del parque y que estamos muy cerca del refugio. Yo me voy preguntando dónde estará el maldito barranco; me he asustado para nada... Tras una pequeña subida llegamos al refugio Estany Llong, cuando son casi las seis de la tarde. Dentro nos esperan una ducha de agua caliente (la primera en varios días!!) y una cerveza fresca, que el Contraix lo merece!!!

Después de una buena cena para reponer fuerzas, comentamos la jugada con el resto de la gente. Cada uno tiene su versión del Contraix, pero el denominador común de todas las historias es lo duro que ha sido y la tremenda bajada hasta el refugio. Unos más y otros menos, pero todos tenemos las rodillas un poco resentidas... Yo, de momento, creo que me he quitado un buen peso de encima, así que ya empiezo a pensar que los Carros están hechos!!

Aquí van el plano y el perfil de la etapa:



Día 3: 27/07/09 - De Colomèrs a Ventosa

Empezamos el día con la subida al Port de Caldes (2.535 metros). La noche anterior, la gente nos asusta un poco, con que si es durilla, que si es larga, etc... Así que yo empiezo a caminar un poco preocupada con lo que me voy a encontrar (voy pensando en pendientes exageradas e interminables, y en caminos al borde del barranco).


Al principio, el camino transcurre al lado de un pequeño riachuelo, que nos deja estampas de obligada foto; poco a poco, la pendiente empieza a ser más pronunciada y en zig-zag se sube hasta lo que en principio parece el collado. Los silbidos de las marmotas son el hilo musical de la subida.


El día está totalmente despejado y el sol para las 9 de la mañana ya está pegando fuerte. Al llegar al falso collado, vemos que todavía queda otra subida. Empezamos a discutir sobre lo que se puede tardar en alcanzar el collado; Dani asegura que en menos de media hora estamos arriba, pero yo no lo veo tan claro, así que para demostrarmelo, suelta la mochila y se sube corriendo a una pequeña loma que se alza a nuestra izquierda. Yo había apostado quince minutos, él cinco. Dani gana.

La última subida, se hace bastante cómoda, entre tierra y piedras, el camino está muy marcado, y en seguida alcanzamos la cima. Arriba el viento sopla bastante fuerte y vemos que el tiempo empieza a cambiar. Nos abrigamos, nos resguardamos detrás de un bloque de piedra y desayunamos algo. A la de cinco minutos, llega Paco, y miramos con él, el camino de bajada, porque se ven dos y no sabemos por dónde tirar. Finalmente aparece en el otro sentido un chico, que nos indica que tomemos el camino que baja hacia la derecha.

Hay que bajar hacia la derecha

Las vistas desde arriba son impresionantes: de frente aparece el Montardo, rodeado de picos escarpados y terreno rocoso. Si miramos hacia el valle por el que venimos, el paisaje es más suave y más verde. Tal y como dice la guía, nos adentramos en terreno de tres miles, y efectivamente este paisaje rocoso y duro, nos acompaña el resto del día y parte del siguiente.

Vistas hacia el camino por el que hemos subido

Vistas hacia donde nos dirigimos... A la izquierda se intuyen los Besiberris

Reanudamos la marcha y perdemos altura rápidamente por un camino bastante bueno. Dejamos de lado el Estany del Port de Caldes y volvemos a subir, por un camino con una pendiente bastante fuerte. Es bastante estrecho y en ocasiones necesito ayudarme de las manos para dar algún paso; por suerte no es muy largo y en unos 20 minutos estamos arriba. Ahora sí, vemos el Coll de Crestada (2.435 metros), al que llegamos prácticamente llaneando por un caminillo entre la hierba y con el Montardo a nuestra derecha.



Tenemos que bajar a Restanca y volver a subir a este punto, así que cogemos la cámara, la cartera y algo de comida, y dejamos nuestras mochilas, detrás de unas rocas. La bajada es muy empinada, entre bloques de granito y el camino no está muy claro. Hay que ir con cuidado, mirando bien por dónde seguir, a veces se ven hitos, pero con tanta roca alrededor, es fácil perderlos. Cuando ya llevamos un rato de bajada, Dani se acuerda que se ha dejado el forfait en la mochila, así que vuelve sobre sus pasos. Yo sigo poco a poco y sin darme cuenta, me meto entre unos bloques que no tienen más salida que un agujero. Como no me hace mucha gracia la idea de caerme en él, me vuelvo, pero los bloques son del tamaño de un camión, me toca hacer un poco el mono y trepar por donde puedo. Me alegro de no llevar mochila. Cuando consigo salir del agujero de rocas en el que me he metido, me encuentro con Dani, que ya baja casi corriendo. Le aviso que se mantenga a la derecha y no vaya por el pequeño trozo de hierba que me ha engañado a mi...

Un poco más abajo, y hartos de tanta roca, nos encontramos con una pareja que sube al Montardo; nos dicen, "nada, un paseito por la mañana"... son de Bilbao (y no es un chiste). Así para estirar las piernas... Nos avisan que el tiempo va a cambiar y que por la tarde es probable que caiga alguna tormenta, así que seguimos hacia la Restanca sin pararnos demasiado.

Llegamos al Estanh deth Cap deth Pòrt, y lo bordeamos por un camino bastante cómodo, entre la hierba. Hacia su izquierda está el desagüe, y por su lado empieza el camino de bajada a la Restanca. La bajada es muy empinada y a ratos se pierde el camino, pero en seguida vemos el Lac dera Restanca y su refugio hacia la derecha. Es casi la una del mediodia cuando llegamos.


Comemos algo y enseguida tiramos de vuelta, que todavía nos queda un rato largo hasta Ventosa. Según empezamos a subir, nos encontramos con Paco, que baja a la Restanca y así termina su travesía. Se acuerda de darnos las pastillas para el agua (para desinfectar), porque sabe que vamos bebiendo por aqui y por allí, sin preocuparnos demasiado... Y nos despedimos. Nos dice que está por darse la vuelta y hacer Carros de nuevo. De haberle conocido algún día antes, seguro que se animaba a seguir unos días más!!

La subida no se hace tan dura como parecía. De hecho tardamos lo mismo en subir que en bajar (una hora más o menos), y se hace más cómodo subir, porque la pendiente es muy pronunciada. Llegamos de nuevo al Estanh deth Cap deth Port, al pie de la pedrera de subida al Coll de Crestada (donde nos esperan las mochilas).

El Estanh deth Cap deth Port al pie del Coll de Crestada

Entre bloques de piedra y camino de tierra, llegamos hasta arriba, cogemos las mochilas y descansamos un poco con vistas al Montardo. Enseguida nos ponemos de nuevo en camino, porque el tiempo está cambiando y se empieza a nublar bastante por esa zona. Todavía nos queda un rato hasta el refugio de Ventosa.

El camino está muy marcado, entre varios lagos y desciende un poquito, pero de forma suave. Tendemos siempre hacia las laderas de la izquierda. El paisaje que nos rodea es espectacular. A nuestra izquierda las agujas de Travessany y a la derecha los imponentes Besiberris.


Estany y Agulles de Travessany

Hacia las cinco de la tarde llegamos al refugio de Ventosa i Calvell, después de nueve horas en marcha. Hemos caminado bastante tranquilos, así que tampoco estamos demasiado cansados. Ducha de agua helada (pero que muy fria!!!) y después de unas partidas de poker con los cuatro catalanes (los hemos conocido el día anterior y llevan el mismo plan de etapas que nosotros), una buena cena de las que acostumbran en los refugios.

A mí el Contraix (que toca mañana) ya no me deja pensar en nada más y encima dan mal tiempo. Dani dice que con lluvia no vamos, yo estoy sin palabras... Nos vamos un rato fuera a contemplar el Estany Negre, bajo el refugio, los Besiberris de frente... unas últimas fotos y a eso de las nueve me voy a la cama, porque creo que hasta me ha subido la fiebre (sólo oir Contraix me pongo mala...)




Día 2: 26/07/09 - De Amitges a Colomèrs

Son las 7.30 de la mañana cuando salimos del refugio de Amitges. Los rayos de sol pegan directamente sobre els Encantats, pero por suerte todavía nos queda un rato de sombra para afrontar la primera subida del día.


Nos cargamos las mochilas a la espalda y nos dirigimos hacia el Port de Ratera de Espot. Al poco de dejar el refugio, llegamos a los estanys de Barbs y Munyidera. A partir de aquí el camino remonta bruscamente y se gana bastante altura. A mitad de subida me encuentro una pareja que están haciendo fotos, así que me ofrezco voluntaria a hacerles una y así descanso un poco...


Dani me espera en el falso collado (a la izquierda en la foto de arriba), y llego junto con la pareja que me he encontrado. Desde aquí ya se ve el Port de Ratera. Seguimos juntos el camino, que es bastante bueno, con algún tramo de piedras, pero muy marcado. Llegamos al Estany del Port de Ratera, prácticamente llaneando. Ya sólo queda el último repecho.

Son las nueve de la mañana y ya estamos arriba, a 2.595 m, la mayor altura del día. Aprovechamos para hacer más fotos (el paisaje lo merece), descansar y reponer fuerzas. Nos despedimos de nuestros acompañantes, porque ellos bajan directamente a Colomèrs y nosotros tenemos que pasar por Saboredo. Hay que tener cuidado, porque las señales del GR te mandan directo a Colomèrs, y para bajar a Saboredo, en el collado debemos girar a la derecha.


Retomamos el camino, y al principio, nos encontramos algo perdidos... entre la guía y el mapa no nos queda claro por donde seguir (la guía nos habla de una "tentadora bajada" que no vemos por ningún lado...). Finalmente y con el circo de Saboredo frente a nosotros, nos decidimos a descender hacia los lagos que vemos, buscando el mejor camino entre piedras.


Abajo encontramos de nuevo el camino, bastante marcado y ya vemos el refugio de Saboredo. Llegamos a él, pasadas las 10 de la mañana y nos recibe un perro del tamaño de un oso, ladrando como un loco y cortándonos el paso. En el refugio suena Metallica a todo volumen. A la de unos cinco minutos intentando que el perro-oso nos deje acercarnos al refu, sale el guarda, y con el típico "tranquilos, si no hace nada!!" se vuelve para dentro. Finalmente conseguimos que nos deje pasar, sellamos y nos vamos fuera a descansar un rato y comer algo. Fuera, hablamos un rato con el guarda que nos indica el camino hacia Colomèrs y a eso de las 10.30 nos ponemos en marcha.

Por alguna extraña razón, estoy convencida de que el plato fuerte del día ya está hecho y que lo que queda hasta Colomèrs es un poquillo de ná...

Al principio nos encontramos algún tramo de grandes bloques de piedra (es un buen entrenamiento para lo que nos espera los próximos días) y la senda no está muy marcada, pero se ven algunos hitos. Tras una pequeña subida nos encontramos de frente con el Coth deth Tuc Gran de Sendrosa (aprovechamos para aprender algo de aranés). 


El camino empieza a subir y se estrecha. La ladera es cada vez más empinada y algún paso se me complica más de lo debido, así que le pido a Dani que no se aleje demasiado y con su infinita paciencia me ayuda a no caer en un pequeño ataque de vértigo...

Llegamos al collado que está a 2.445 m. Nos ha llevado algo más de una hora alcanzarlo. Desde arriba recordamos la recomendación de Xabi, el guarda de Saboredo, de subir al Sendrosa, que es el pico que queda de frente... si si, en eso estoy pensando!! Me conformo con hacerle una foto, tumbada sobre la hierba...


Aprovecho para descansar un poco, mientras Dani intenta averiguar el camino de bajada. El sol ya pega con fuerza y no nos queda mucha agua, así que tenemos que ir bajando... 

La bajada es bastante empinada, el camino no se ve claro y hay grandes bloques de piedras. La guía se empeña en enviarnos a la izquierda, pero como no lo vemos claro, seguimos descenciendo hacia el valle. De vez en cuando vemos hitos, pero nos paramos varias veces dudando... bajar demasiado nos puede suponer desviarnos demasiado y tener que remontar después, y girar hacia la izquierda no parece muy recomendable. Nos encontramos con un padre y un hijo, que van en sentido contrario y más o menos nos indican por donde vienen ellos.

Finalmente parece que nos reencontramos con el camino (o al menos con un camino), así que aprovechamos un trozo de sombra para descansar un rato y comer algo de fruta que nos quite la sed...

Nos ponemos de nuevo en marcha y por fin, nos encontramos con el Lac Cloto de Baish, así que ya tenemos la certeza de estar en el camino correcto. El paisaje se merece una fotos:



Pasamos por varios lagos y finalmente vemos el Lac Major de Colomèrs y los refugios (el antiguo y el nuevo). Hay que cruzar la presa por encima, para llegar al refugio. Son las 3 de la tarde cuando lo alcanzamos. Sellar el forfait, ducha (de agua fría!!) y una buena ensalada de pasta para comer.

El refugio está al borde del lago y la vista al circo de Colomèrs es impresionante. Hace buena tarde, así que aprovechamos para echar una siesta al sol, secar la ropa y hablar con la pareja del primer collado y con Paco, que ha llegado detrás de nosotros.


Hacia las ocho de la tarde, nos dan la cena (de nuevo, una cantidad exagerada). Antes de acostarnos, echamos el rato fuera del refugio, disfrutando del paisaje y de la noche que empieza a caer.



Y aquí va el plano con la ruta de hoy y el perfil con las alturas, desniveles, etc...
  


Día 1: 25/07/09 - De Espot al refugio de Amitges

Pasadas las tres de la tarde, llegamos con el coche al parking del parque. Arreglamos las mochilas, nos ponemos las botas, revisamos que no nos hemos olvidado nada y nos hacemos la foto "oficial" de salida. Ahora sí, ya estamos listos para empezar los Carros de Foc.

Desde el parking hasta el Lago de Sant Maurici, hay apenas una hora de subida, por un camino bastante transitado, la mayor parte entre bosque. Poco antes de llegar al lago, nos desviamos a la izquierda para ir al refugio Ernest Mallafrè, que es el primero de los nueve que forman la ruta. El refugio es pequeñito, pero se ve que recientemente lo han renovado.


La guarda del refugio nos da el forfait, el saco-sabana, la gorra, la toalla y lo más importante: el mapa. Ahora sí que sí, con nuestro primer sello en el forfait, se puede decir que empezamos oficialmente los Carros de Foc.

Els Encantats

De allí, en cinco minutos subimos al lago de Sant Maurici, una de la zonas más turísticas del parque, y tras las fotos de rigor, cogemos una pista que sale a su derecha, para ir bordeándolo y ascendemos rápidamente. Hasta el refugio de Amitges todo el camino transcurre por la pista forestal, en continua subida. Vamos dejando varios lagos por el camino.




En poco más de hora y media, llegamos al refugio, donde conocemos a Paco, un montañero de Durango, que está haciendo Carros de Foc en solitario. El refugio, a 2.380 m de altura, está muy bien, limpio y muy organizado. Nos asignan las literas, sellamos el forfait, y hacia las siete nos ponen la cena; una cantidad exagerada de sopa, garbanzos y butifarra. Y encima postre. Menos mal que se cena pronto y tienes tiempo de hacer la digestión.


Después de cenar, salimos fuera del refugio, mientras anochece, a echar un vistazo al camino del día siguiente y unas últimas fotos a la zona. Nos volvemos a encontrar con Paco, que nos cuenta que ya lleva unos días en la travesía y conoce la zona de otras ocasiones. Así que nos da algunas recomendaciones, que nunca vienen mal.


Nos vamos pronto a dormir, que hay que levantarse a las 6.30 y todavía no nos hemos acostumbrado a estos horarios... el paisaje nos deja una imagen bien bonita de despedida:


Aquí dejo el el mapa de la ruta que hemos seguido, su perfil y algunos datos de desniveles: